La carrera en el siglo XX por el espacio a sus mejores exponentes en velocidad durante los intentos de colonizar la Luna. El 21 de febrero de 1969 fue lanzado un cohete propulsor ruso, de nombre clave N-I, que tenía un empuje de 43,000 kilonewtons (kN). Sin embargo estalló setenta segundos después de su despegue, y tras varios lanzamientos fracasados fue abandonado el proyecto que tenía como objetivo llevar a los rusos a la Luna. El famoso cohete propulsor Saturno V de la NASA, encargado de llevar a las misiones Apolo, tenía una potencia total de 33,738 kN.