El canal de la Mancha va recortando y excavando lentamente los acantilados de la costa normanda, al norte de la desembocadura del Sena, cerca de Etretat, formando así raras figuras de arcos, puertas y agujas.
El mar talla y esculpe caprichosamente los acantilados de roca calcárea de la zona de Caux. Los arcos y las agujas de Etretat alcanzan impresionantes proporciones. Descendiendo hasta el pie del acantilado por un peligroso sendero, puede admirarse la puerta de Amont; o la de Aval, que forma un arco gótico vaciado en la roca, en una pared de 85 metros de altura. La aguja de Etretat emerge de las aguas como un obelisco natural de 70 metros. Algo más lejos, la "Manneporte" (Magna porta), aún más monumental, eleva su gran arco a una altura de 90 metros sobre las aguas. Estas son algunas de las maravillas del paisaje de Normandía.