El clima cálido y pegajoso y las nubes cumulonimbos oscuras son signos seguros de que se aproxima una tormenta. Las tormentas pueden ser bastante dramáticas, con relámpagos, rayos luminosos, truenos, vientos y lluvias fuertes. También pueden llegar acompañadas de granizo.
Mientras se forman y crecen las nubes de tormenta, una gran actividad se genera en su interior. Fuertes corrientes de aire hacen que las gotas de agua y los cristales de hielo choquen entre sí. Estas coaliciones crean una fuerza llamada carga eléctrica.
La nube queda cargada eléctricamente. Las cargas positivas se sitúan en la parte superior y las negativas en la inferior. Las negativas atraen las positivas y una chispa gigante de electricidad surge entre ellas al interior de la nube. A menudo, el relámpago se produce entre la nube y el suelo generando rayos luminosos.