Tu disposición puede variar mucho de acuerdo con los antecedentes de la relación con tu pareja. Quizá ustedes han tenido relaciones antes del matrimonio, en cuyo caso la noche de bodas será el mismo tipo de encuentro, aunque bajo una nueva luz y aprobado por la sociedad —factor que curiosamente puede ser más significativo de lo que pensamos—. Si ustedes no han tenido relaciones, la noche será un momento revelador y abrirá mayores posibilidades de comprensión y conocimiento. En uno y otro caso, la actitud más recomendable es permanecer fresco y abierto a lo que ese momento simbólico puede ofrecer, llegar a él sin un plan determinado y disfrutarlo.