Darío, el padre de Jerjes, había intentado conquistar Grecia y fracasó. Jerjes se propuso vengar la derrota de su padre. Ganó la famosa e histórica batalla de las Termopilas, a pesar de la heroica resistencia de los griegos. Pero poco después sufrió una terrible derrota en la batalla de Salamina. El ejército se quedó sin provisiones y se vio obligado a retirarse. Jerjes abandonó entonces el proyecto de conquistar Grecia.