La energía mecánica de un cuerpo es la suma de su energía cinética y de su energía potencial. En ciertos casos, en que el sistema está suficientemente aislado y no hay fuerzas de fricción presentes, la energía mecánica se conserva, es decir, que la suma de la energía cinética y la potencial es una constante; de manera que si un cuerpo gana energía potencial es porque pierde cinética, y viceversa. Este principio de conservación de la energía mecánica es de gran utilidad en muchos cálculos; por ejemplo, al analizar el movimiento de los planetas, donde prácticamente no existe la fricción. Cuando hay fricción u otras fuerzas disipativas, la energía mecánica no se conserva, pues una parte de ella se transforma en calor.