Después de tomarnos un vaso de agua, la superficie interna del vaso queda mojada. Esto se debe a la adherencia. Las moléculas de un líquido cercanas a un sólido experimentan, por un lado, fuerzas de atracción de las demás moléculas del líquido y, por el otro, fuerzas de atracción de las moléculas del sólido. A las primeras se les llama fuerzas de cohesión y a las segundas
fuerzas de adherencia. En el caso del agua y el vidrio las fuerzas de adherencia son superiores a las de cohesión, por lo que una pequeña capa de agua se queda en el vidrio, es decir, el agua moja al vidrio. Existen ejemplos de sustancias como el mercurio y el vidrio en que la cohesión es mayor que la adherencia y el resultado es que el mercurio no moja al vidrio.