¿Quién inventó el vidrio?
El hombre conoce el vidrio desde los tiempos más remotos, ya que existe un vidrio natural, de origen volcánico, que es la obsidiana y que los hombres primitivos utilizaron para fabricarse puntas de flechas y lanzas, así como espejos y objetos decorativos. Pero la obsidiana no es precisamente un material que abunde mucho, y lo cierto es que la humanidad se vio en la necesidad de inventar un vidrio artificial. La tradición afirma que ese menester les correspondió a los fenicios. En realidad, las muestras más antiguas de vidrio existentes pertenecen al arte egipcio y al mesopotámico (es notable una copa de color azul opaco que lleva el nombre del faraón Tutmosis III), pero, al parecer, éstos lo habían aprendido de los fenicios, pueblo que, sin embargo, no ha dejado pruebas fehacientes de su invención. El invento del vidrio tendríamos que imaginarlo. Ya que los fenicios siempre fueron buenos marinos, habría que pensar en un grupo de ellos descansando en torno a un fuego encendido en alguna playa del Mediterráneo. Imaginemos también que en torno a ese fuego han colocado algunas piedras gruesas sobre las que preparar su comida. Cuando retiran ésta, descubren entre las cenizas una masa fundida, brillante y traslúcida que se parece a la obsidiana. Se había inventado el vidrio. Más tarde, en los comienzos de la Era Cristiana, se inventa el soplador de vidrio, probablemente en Siria. Introduciendo en la masa fundida uno de sus extremos y soplando por el otro, se obtienen recipientes de mayor tamaño y más utilidad práctica.