En los desiertos arenosos, el viento forma montículos llamados dunas. Si tienen forma de media luna se llaman barjanes. Las dunas más grandes se encuentran en el Sahara y pueden tener 430 metros de altura y 5 kilómetros de longitud. Las dunas se mueven como gigantescas olas de arena. El viento sopla la arena por un lado y luego ésta se escurre por el otro. Así, llegan a moverse hasta 50 metros por año, cubriendo las aldeas a su paso.