Los vehículos a vapor eran incómodos, pesados y lentos; por eso, muchos ingenieros se empeñaron en buscar un motor más eficaz. El primero en lograrlo fue Nikolaus August Otto, quien en 1876 fabrica su original motor de combustión interna. Nueve años más tarde, el alemán Carl Benz construyó el primer automóvil práctico provisto de motor de gasolina. Su curioso modelo con tres ruedas de bicicleta derivará en el padre de todos los coches actuales: el Victoria, fabricado en 1893. Hacia fin de siglo, los vehículos franceses -Citröen, Renault, Peugeot- contienen ya todos los elementos de los automóviles modernos. Y en 1908, el estadounidense Henry Ford fabrica el primer coche de precio asequible: el
Ford T.