En la mitología griega, el grifo fue una fabulosa criatura con el cuerpo y patas de león y la cabeza y alas de un águila. Se suponía que los grifos eran nativos de la India, donde, se decía, guardabans tesoro escondidos y construían sus nidos de oro los cuales vigilaban atentamente para evitar que los saquearan. Los griegos creían que vivían en las montañas Rhipaean, entre los Hiperbóreos y los Arimaspos de Escitia. Los grifos custodiaban el oro del norte.
La figura del grifo se utilizaba con frecuencia como adorno en las obras de arte. Significa la unión de la fuerza del león con la rapidez y la agilidad del águila. El grifo es también un emblema de la vigilancia y la valentía.