Uno de ellos es el motor, que empuja o tira del aeroplano por el aire.
Al avanzar el aeroplano, el aire fluye bajo sus alas y también por encima de ellas. El aire es el otro motivo de que el aeroplano se sostenga en vuelo.
Quizá no podamos ver o palpar el aire, pero sabemos que es algo que existe. La Tierra está rodeada de un océano de aire.
Así como el agua de los mares presiona en todas direcciones contra todo lo que se encuentra debajo de ella, el aire presiona contra todo lo que toca.
Mientras más rápidamente se mueve el aire, mayor es la fuerza con que empuja.
El motor del aeroplano tira de él o lo empuja por el aire. A ese estirón o empuje se le llama reacción impulsora.
Puesto que el aeroplano es un cuerpo sólido, ofrece una resistencia al aire, llamada arrastre aerodinámico. Los aviones están diseñados para que el aire se mueva en torno de ellos en determinada forma. Al moverse más a prisa el aire que pasa por la parte superior del ala, presiona menos que el que pasa por la parte inferior. Esa diferencia de presión eleva al avión y se conoce como fuerza de sustentación.
Combinadas, la fuerza de sustentación y la reacción impulsora hacen que el aeroplano vuele.