Aunque la gente disfruta de la costumbre de besarse bajo el muérdago, la planta tiene otro hábito no tan agradable. Igual que un vampiro que chupa la sangre de sus víctimas, el muérdago tiene una víctima también, la planta en la que vive. Con el fin de conseguir alimento, el muérdago envía su raíz hacia el tejido de otra planta o árbol, causando la muerte de la planta y, a veces incluso de él mismo. El muérdago comienza a crecer en estas plantas, cuando las aves llevan sus semillas y las depositan allí. Algunas veces la baya de la planta de muérdago explota y la fuerza de la explosión puede llevar sus semillas a distancias de 15 metros, donde con suerte caerán sobre otro árbol.