Los insecticidas son productos que sirven para repeler o matar las plagas de insectos que se comen los cultivos. Es difícil saber a ciencia cierta cuándo se utilizó el primer insecticida. Ya en la antigüedad se procuraba acabar con los insectos, con sustancias naturales. Entre esos insecticidas ancestrales están la sal, el tabaco, el pimiento rojo y el arsénico. Los antiguos agricultores de Mesopotamia quemaban azufre de los volcanes porque el olor acre alejaba a los insectos de sus cultivos. En 1939 Paul Müller, químico suizo, descubrió que un producto llamado DDT era un buen insecticida. Desde entonces se han inventado y vendido muchos insecticidas químicos.