Es difícil para una planta crecer dentro de una cueva, donde hay poco aire fresco y sin luz  solar directa. Pero algunas plantas lo hacen y prosperan en el interior de las cuevas, ¡y una incluso hace su propia luz!
Esta planta es un  musgo que crece en las paredes de algunas cuevas de Europa. Las  ramas delgadas y pequeñas que conforman el musgo están recubiertas de  diminutas células con forma de lentes. Estas células actúan como lupas, absorbiendo la  poca luz que llega al interior de la cueva y la concentran en las  partes del musgo que necesitan de la luz para producir alimento.
Alguna de la luz es reflejada fuera de  las células, ¡creando un impresionante brillo de oro verde a las paredes  y el techo de la cueva!