El Monte Laki en Islandia es un volcán activo, y una vez emitió un gas llamado flúor, que es un veneno lento.
Meses después, este gas causó que los dientes de las ovejas se pusieran de color negro y que las colas de muchos caballos se cayeran. Aún más extraño, muchos animales que nacieron después de la emisión de este gas invisible tuvieron crecimientos espinosos en los dientes que fueron creciendo hasta que estos animales ya no podían cerrar el hocico.
Los animales no podían masticar o deglutir los alimentos y algunos murieron de hambre antes de que sus dientes pudieran ser arreglados. Los volcanes también pueden realizar otras cosas extrañas.
En 1698, por ejemplo, el volcán Cotopaxi en Ecuador hizo erupción e hizo caer una lluvia de lodo y peces muertos en las aldeas y pueblos que lo rodeaban.