Durante muchos años, las madres han elegido este camino para ayudar a sus hijos a recordar algo. Se trata de un remanente de otros tiempos cuando la gente anudaba trozos de tela alrededor de cualquier parte doliente del cuerpo.
Esta tela se anudaba en un área determinada para mantener el "espíritu de la vida" en esa zona, y así curar y evitar que el dolor se extiendiera a otras partes del cuerpo. El cordel en el dedo fue diseñado para "mantener" una idea en el anudamiento, y para que fuera recordada más tarde, cuando fuera necesario.