La mayor parte de la leche en polvo se elabora con leche descremada, que primero se pasteuriza y luego se concentra evaporándola casi por completo.
Entonces la leche concentrada se rocía en un secador cilíndrico de acero de aproximadamente 10 m de altura que arroja aire a 200 grados Celsius hasta evaporar el agua restante y dejar la leche convertida en fino polvo.