Mostrando entradas con la etiqueta milicia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta milicia. Mostrar todas las entradas

Los ejércitos de la época feudal



   Los ejércitos de la época feudal eran un conglomerado de hombres donde cada cual, en vez de obedecer y colaborar en la victoria, miraba exclusivamente su propio interés, o sea, trataba de salir vivo de la guerra con un rico botín, aunque fuera obtenido en perjuicio de los que combatían con él. Estos ejércitos generalmente estaban compuestos por tres milicias diferentes, casi nunca de acuerdo entre ellas.
   Milicias de la corona. Integradas por vasallos y súbditos directos del soberano. Eran, en consecuencia, sus tropas de más confianza.
   Milicias feudales. Compuestas por caballeros que los señores debían suministrar al soberano cuando este se hallaba empeñado en alguna guerra. Eran guiados por el mismo señor; pero a menudo este consideraba ccnveniente la derrota de su propio soberano, porque la debilidad del rey le significaba una mayor independencia. Es de imaginar, pues, cuán poca confianza podía tener el soberano en tales milicias.
   Milicias mercenarias. Eran bandas de hombres armados que luchaban a sueldo con el único propósito de acrecentar la soldada mediante el fruto de los saqueos.
   Con ejércitos así constituidos, no es de sorprender que los soberanos debieran realizar enormes esfuerzos para tener ordenadas y acordes sus propias fuerzas, y que algunas veces debieran renunciar a la prosecución de una guerra. A propósito, basta pensar en las numerosas y a menudo infructuosas campañas realizadas por los emperadores y reyes contra las ciudades sublevadas, enemigas del poder central.



   ¿CÓMO ERA EL FUEGO RÁPIDO EN EL MEDIOEVO?
   PARA obtener "fuego rapido", es decir, para disparar sobre el enemigo muchos proyectiles en breve tiempo, los ejércitos modernos se sirven de ametralladoras, Los ejércitos medievales empleaban, con ese objeto, el cuerpo de "arqueros", Un arquero hábil podía arrojar de diez a doce flechas por minuto: ¡una cada cinco segundos! Considerese el terrible efecto que podía obtener una compañía compuesta de algunos centenares de estos soldados, lanzando flechas a ese ritmo. Era como para "obscurecer el sol",según decían los antiguos. Pero la existencia de un cuerpo "especializado" como el de arqueros, era posible solo en un ejército estable y bien organizado. Pues, bien, en el Medioevo se llegó a esto no tan fácilmente ni pronto. Los siglos de desorden que siguieron a las invasiones Bárbaras habían puesto en desuso todas las prácticas del arte militar aplicadas por los antiguos, y, especialmente, habían hecho desaparecer todas las autoridades que pudieran reunir y mantener ejércitos numerosos y permanentes. Ni la época feudal, ni la comunal, ni el tiempo de los señoríos, ofrecieron las condiciones adecuadas para la formación de ejércitos estables y bien adiestrados. Para que reaparecieran estas condiciones debió aguardarse el nacimiento de nuevos grandes Estados.


¿Cuándo se utilizaron los primeros aviones de guerra?



   Durante los diez años que siguieron al vuelo de los hermanos Wright se produjo una sucesión de conquistas aeronáuticas auténticamente prodigiosas.
   El 29 de septiembre de 1913, el francés Maurice Prevost consiguió alcanzar los 200 kilómetros por hora con un monoplano de fabricación francesa.
   Aquello constituía una hazaña impresionante, que permitía abrigar la esperanza de mayores e inimaginables progresos a muy breve plazo. Estalló entretanto la primera guerra mundial, y muchos pensaron que el avión se convertiría en una máquina bélica de primer orden. En muy poco tiempo se construyeron aparatos muy rápidos y manejables, pensados más para vuelos de reconocimiento que para verdaderos combates.
   Los italianos, que ya en la guerra de Libia (1911) habían hecho pruebas con aeroplanos en acciones bélicas, fueron los primeros en utilizarlos también en la nueva conflagración.
   Al finalizar la guerra eran muchos los estados de Europa que contaban con una industria aeronáutica de primer orden.
   Muy avanzada era también la preparación de los pilotos, que durante la guerra habían tenido ocasión de adquirir una valiosa experiencia. En el campo de la aviación civil, los aeroplanos empezaron a utilizarse a partir del año 1914, tanto para el transporte de pasajeros (Florida) como de correo (Italia). En 1911 nació el Hidroavión, que se perfeccionó muchísimo durante el período bélico.

La Batalla de Junín

   El 6 de agosto de 1824 se libro esta acción de guerra, durante la lucha de independencia de los países sudamericanos, en la meseta peruana del mismo nombre. Fue más un combate de caballería que un cheque total entre el ejército insurgente y el realista.
   La batalla de Junín preparó la victoria de Ayacucho. Inicialmente, triunfaban los realistas, que apresaron al general Necochea; pero en la última parte de la lucha, Bolívar decidió el combate con las fuerzas de caballería, a las que premió con el nombre de húsares de Junín.

Curiosidades sobre los Triunfos romanos

   Es los primeros años de la república, el carro del triunfador era tirado por dos caballos, después por cuatro, y en la época del emperador Augusto hasta por seis.
   Cuando en el año 80 a. de J. C. Pompeyo celebro el "triumphus" por sus grandes victorias en África, quiso que su carro fuera tirado por cuatro elefantes, animales característicos del territorio en que había luchado.
   Los triunfos no eran celebrados siempre en Roma. A veces lo hacían en la región donde el vencedor había logrado sus victorias. Por ejemplo: Cornelio Escipión (el futuro Africano), después de haber vencido a los cartagineses en Hispania, festejó el triunfo en ese territorio.
   Durante la época imperial, el emperador era considerado el jefe supremo del ejército. En consecuencia, aunque uno de sus generales consiguiera las grandes victorias, el derecho al "triumphus" correspondía solamente a el.
   Un historiador romano del siglo V señaló que desde Rómulo (siglo VIII a. de J. C.) hasta Vespasiano (siglo I de nuestra era) fueron celebrados en Roma 320 triunfos

Grupos de presión exigen la prohibición de 'robots asesinos'

   Una reunión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU se puso a discutir la idoneidad de las armas autónomas.

   Los robots que se despliegan en el campo de batalla, con la capacidad para tomar sus propias decisiones sobre si deben o no disparar a un objetivo, se están fabricando en varios países incluyendo los EE.UU., Reino Unido e Israel. Como era de esperar, el concepto ha suscitado considerables protestas de los activistas que piden la prohibición de robots militares que no requieren de la autorización de un humano para tomar desiciones de vida o muerte.

   Una de las grandes preocupaciones es que si el robot toma una decisión por sí mismo, ¿quién es en última instancia responsable de ello? Si el robot puede o no tomar la decisión correcta en el campo de batalla es también una cuestión de debate. "El enfoque tradicional es que al haber un guerrero, entonces hay un arma", dijo Christof Heyns de la ONU. "Pero lo que ahora vemos es que el arma se convierte en el guerrero, el arma toma la decisión por sí misma.

¿Cómo cambiaron los bombarderos?

   Comparados con los aviones de combate de entre guerras y los aeroplanos privados peque­ños, los bombarderos y los aviones de pasaje­ros de ese tiempo, eran aún más lentos y pesa­dos. Por ejemplo, el bombardero británico llamado Handley Page Heyford, estuvo en ser­vicio en la década de 1930, pero se seguía viendo como un bombardero de la Primera Gue­rra Mundial (¡excepto por sus polainas!). Tenía las casillas del piloto y los artilleros abiertas. Su estructura, o fuselaje, en forma de caja, no era aerodinámica y provocaba una resistencia al viento, lo que aminoraba la velocidad. Pero esto no importaba mucho ¡porque de cualquier manera, el Handley era muy lento!
   En contraste, los Junkers alemanes, de la misma época tenían un aspecto más mo­derno. Eran monoplanos con cabinas cubiertas, tanto en la cubierta principal, como en la torreta de la ametralladora posterior. Los bombarderos como los Junkers entraron en servicio al prin­cipiar la Segunda Guerra Mundial.

Infantería


   Desde que existen ejércitos or­ganizados hay soldados de infantería, que es como se llama a los hombres que com­baten a pie.
   Los soldados de infantería llevan sus propias armas, además de municiones, ali­mento y otros efectos. Durante siglos, han marchado a las batallas; pero en los tiem­pos modernos se les transporta al lugar de la acción en camiones y aeroplanos; sin embargo, durante la Segunda Guerra Mun­dial, la mayor parte de los soldados de infantería tuyo que desplazarse a pie, tal como lo habían hecho todos los comba­tientes de infantería en siglos pasados.
   Los miembros de la infantería de un
ejército deben mantenerse en muy buenas condiciones físicas, para poder marchar muchos kilómetros llevando vatios kilos de equipo, y soportar la vida a la intemperie en climas muy diversos.
   Muchas veces se ha dicho que las armas modernas eliminarían de las guerras a los soldados de infantería; lo mismo se dijo cuando se perfeccionó el empleo de la pólvora y cuando adquirió importancia la aviación militar. Sin embargo, subsis­ten las tropas de infantería.

¿Cuáles fueron los primeros bombarderos?

   La primera aeronave, (una máquina voladora de cualquier clase) que dejó caer varias bom­bas a la vez, no fue un aeroplano sino un Zeppelin. Estas enormes naves aéreas alemanas, llenas de gas, bombardearon Londres y otras ciudades del sur de Inglaterra en la Primera Guerra Mundial. Después, ellos se convirtie­ron en blancos fáciles para los aviones de com­bate, por lo que fueron reemplazados por gran­des bombarderos como el que se muestra abajo, el Gotha GV. Este volaba a 130 kilómetros por hora, con más de una tonelada de bombas.


¿Con qué se ganó la Segunda Guerra Mundial?

   En realidad, la Segunda Guerra Mundial fue ganada por los bombarderos. Estos aviones podían destruir fábricas y aun ciudades. El Vickers Wellington, fue un bombardero de tamaño medio, que quizás dio el servicio más prolongado que ningún otro en la guerra. El B-17, es el más grande, ayudó a terminar la guerra con Alemania, de­bido al enorme daño provocado por su enorme capacidad de transporte de bombas.

Fortaleza Volante B-17

Bombardero B-17



.

¿Qué fue el Spitfire?


   Cuando llegó la Segunda Guerra Mundial, en 1939, Inglaterra se encontraba mucho menos preparada que Alemania, qué tenía servicios militares numerosos y modernos. Pero Inglaterra contaba con el mejor avión de combate del mundo, el Spitfire. Este avión, junto con otro magnífico combatiente, el Hawker Hurricane, ayudaron a ganar la Batalla de Inglaterra en 1940, que salvó a la nación de la invasión de los alemanes, que eran más poderosos.
   Estos aviones de combate, no sólo eran rápi­dos y bien armados, sino que también su ma­niobra era muy eficiente. Es decir, podían virar rápidamente a altas velocidades, para sorpren­der a los aviones enemigos. Esta mezcla de velocidad y maniobrabilidad en los Spitfire, les dio la victoria tanto sobre los bombarderos, como sobre los aviones caza.

¿Cuándo combatieron por primera vez los acorazados?



   Esta escena de guerra de 1862, muestra la primera batalla real entre barcos de guerra totalmente metálicos, o acorazados. El más grande de estos monstruos metálicos pertene­cía a la marina del Sur en la Guerra Civil Esta­dounidense. El otro acorazado (que parece "una caja de queso sobre una balsa"), pertenecía al Norte. Cada uno de estos desmañados contrin­cantes fueron blanco estable entre sí. Con to­do, de hecho, ninguno logró operar de tal forma que hiciera mucho daño al enemigo y la batalla terminó en "tablas".

¿Cuándo se desarrollaron los aviones de combate?


   Los primeros aeroplanos volaron satisfactoria­mente en los primeros años del sigo XX. Eran aparatos endebles, con apariencia de estructuras hechas de cartón y cuerdas. Pero la Pri­mera Guerra Mundial originó la demanda de aviones más fuertes y confiables. Por primera vez, la gente descubrió que los aeroplanos podían usarse para la guerra. El avión de la derecha es un bombardero italiano Caproni de 1917-18. El de la parte inferior es de caza inglés de 1915, el Vickers Gunbus.


Vickers Gunbus





.

¿Qué eran los acorazados?

   Los navios antiguos estaban hechos principal­mente de madera, mientras que los nuevos barcos de vapor se construyeron de acero, en especial los nuevos barcos de guerra. Estos necesitaban metal resistente y más fuerte pa­ra poder resistir el impacto de los fuertes ex­plosivos de los cañones modernos. Al primero de los nuevos barcos de guerra se le llamó acorazado, debido a su pesada armadura de metal. El barco de guerra abajo, se construyó casi 50 años después que los primeros acorazados. Es el barco de guerra HMS Dreadnought, orgullo de la marina britá­nica al principiar la Primera Guerra Mundial. Disparaba pesadas granadas de 28 centíme­tros de diámetro que podían perforar las arma­duras, y podía navegar a la velocidad de 22 nudos (40 Km) por hora. Pero aún, estos gran­des barcos de guerra se encontraban amenazados por mortíferos submarinos, los que podían echarlos a pique fácilmente.


Acorazado HMS Dreadnought




,

¿Cuándo apareció el tanque de guerra?


   El tanque de guerra se empleó por primera vez en combate el 15 de septiembre de 1916 durante la ofensiva británica en el Somme, Francia, y a partir de ahí se fue perfeccionando. La idea original (del ejército británico) era construir un vehículo blindado con un sistema de tracción todo terreno sobre una cadena de oruga, equipado con ametralladoras, capaz de cruzar cualquier trinchera, pues éstas hacían fracasar los asaltos convencionales a pie o en otro tipo de vehículos. En la década de 1970, la División de Sistemas Terrestres de la General Dynamics diseñó uno de los modelos más eficaces en escenarios de guerra, el Abrams M, entregado al Ejército de Estados Unidos en 1978 con el nombre del general Creíghton W. Abrams, quien co­mandó el 37 Batallón blindado. Este tipo de tanques brinda fuego de apoyo a unidades de tierra y puede enfrentar vehículos enemigos de cualquier blindaje. Su alta tecnología permite a sus sistemas de guías termales y de radio combatir de día y de noche en todos los climas, sin perder efectivi­dad. En su evolución tecnológica, han surgido varias versiones sucesivas conocidas como MI, M1A1 y M1A2.

¿Qué avión transportó la primera bomba atómica?

   A fines de la Segunda Guerra Mundial, apareció el más grande de todos los bombarderos, la Superfortaleza Esta­dounidense B-29 "Enola Gay". Fue este enorme bombarde­ro el que transportó las bombas atómicas lanzadas sobre las ciudades japonesas de Hiroshi­ma y Nagasaki, causando terribles destrozos y pérdidas de vidas provocando con ello el fin de la guerra con Japón, y con ello, el fin de la Segunda Guerra Mundial.


El Enola Gay



.

Douglas MacArthur

Douglas MacArthur 

Militar norteamericano, héroe de la segunda guerra mundial como jefe de las fuerzas aliadas en el Pacífico; dirigió también las fuerzas de ocupación del Japón con el cargo de jefe su­premo y los ejércitos de las NU durante el con­flicto de Corea. Nació en Little Rock, Arkansas, y cursó sus estudios militares en la academia norteamericana de West Point.

MacArthur desarrolló sus eminentes condi­ciones para el mando y la estrategia bélica en la primera guerra mundial, durante la cual tuvo a su cargo una división estadounidense en los campos de Francia. Organizó la defensa de las Islas Filipinas entre los años 1935 y 1937, en que se retiró del servicio activo. Cuando el ataque a Pearl Harbor, ocurrido el 7 de diciembre de 1941, se reincorporó al ejército y dirigió la re­sistencia en el archipiélago filipino hasta que, obligado a retirarse después de la pérdida de Manila, anunció con un firme y heroico "vol­veremos" su decisión de vencer. Desde Austra­lia dirigió las operaciones que al cabo obligaron a los japoneses a retirarse de los territorios in­sulares conquistados, y en 1945 recibió la rendi­ción incondicional del Japón a bordo del acora­zado Missouri.

¿Qué es un portaaviones?

   Un portaaviones es un barco gigantesco que transporta aviones. Éstos pueden despegar y aterrizar en una amplia pista instalada en su cubierta.
   Los portaaviones son buques de guerra. Poseen una cubierta superior corrida y despejada, sobre la cual pueden despegar y aterrizar los aviones. Estos suelen tener las alas plegables, para facilitar su alo­jamiento en las cubiertas inferiores, que les sirven de hangar. A veces, el despegue se efectúa con ayuda de una catapulta a vapor, y el aterrizaje se facilita por medio de un cable elástico que frena su carrera. Para que la cubierta de vuelo esté lo más despejada posible, el puente de mando se levanta a uno de los costados del buque.

Explosivos más potentes que la pólvora

   El deseo de disponer de armas cada vez más poderosas para los ejércitos ha impulsado a todos los países del mundo a hallar nuevos explosivos cada vez más eficaces. Después de la pólvora, el hombre ha descubierto la dinamita, la ni­troglicerina, el trinitrotolueno (TNT), el algodón pólvora, el C4, etc. Aunque cabe se­ñalar que no siempre los ha utili­zado con fines bélicos: los explosi­vos se utilizan en las minas de las que se extrae carbón y otros mine­rales, en la perforación de las mon­tanas para la construcción de gale­rías, y en otros trabajos en que sustituyen el esfuerzo humano.
   En las últimas dos grandes confla­graciones mundiales, la evolución de las armas ha experimentado un incremento masivo: cañones de lar­go alcance, explosivos de alta po­tencia para cargas perforadoras, cohetes de propulsor líquido como los V2 alemanes, éstos fueron los protagonistas de ambas contiendas. A pesar de los intentos en favor de la paz que se realizan en todas par­tes, puede decirse que la guerra no ha terminado del todo, razón por la cual cada vez se construyen armas más potentes.
   Sólo cuando el hombre consiga uti­lizar la fuerza de los explosivos con fines pacíficos podrá afirmar que ha llevado a cabo el único acto de­cisivo para su progreso.

¿Cuándo nació la Cruz Roja In­ternacional?

   Si el encuentro de Balaklava nos recuerda las gloriosas y románti­cas gestas del pasado, la batalla de Solferino nos conduce cruelmen­te a la realidad de una guerra que destruye despiadadamente tanto a hombres como a medios. Junto a la orilla occidental del Mincio se en­cuentran presentes, aquella mañana del 24 de junio de 1859, el empera­dor francés Napoleón III, el rey de Cerdeña Víctor Manuel II y el em­perador de Austria Francisco José. El ejército franco-piamontés y el austríaco están equilibrados en cuanto al número de hombres, y avanzan el uno contra el otro dis­puestos a aniquilarse. La contienda es despiadada, con profusión de combates aislados, pero no por ello menos violentos. Los austríacos, obligados a dividir sus fuerzas, para hacer frente a los italianos en San Martino y a los franceses en Solferino, van per­diendo constantemente terreno. La artillería francesa, que ya desde las guerras napoleónicas constituía el punto fuerte del ejército, desbarata las largas filas blancas de la infan­tería austríaca.
   La batalla arrecia encarnizadamen­te, pero al final, bajo el empuje de los zuavos argelinos, Francisco José se ve obligado a ordenar la reti­rada más allá del Mincio. Sobre el campo de batalla quedan más de 40.000 hombres. Napoleón se apre­sura a proponer un armisticio a los austríacos, quienes lo aceptan de buen grado. El banquero suizo Henri Dunant. que se encontraba acci­dentalmente en el campo de batalla de Solferino, queda tan hondamente impresionado ante aquel destrozo de vidas humanas que empieza a concebir los principios que consti­tuirán el origen de la Cruz Roja In­ternacional. De una terrible matan­za nacía el sentido de la solidaridad humana.

¿Por qué tenían murallas las ciudades en el pasado?

   Desde que los hombres empezaron a combatir entre sí, es decir, des­de los más remotos tiempos de la historia de la humanidad, se han estudiado contra el enemigo toda clase de medidas ofensivas y de­fensivas.
   Una de las defensas más antiguas inventadas por el hombre para sal­var, no sólo vidas humanas, sino también viviendas y bienes, fueron los cercos amurallados de las ciu­dades. Se trataba de recios muros de más de 10 metros de grosor en la base y de una altura de 20 a 30 metros. Estudiadas para oponer al enemigo un obstáculo insuperable, las murallas solían construirse de una forma muy sencilla, sin ador­nos de ninguna clase, siendo a ve­ces sumamente toscas. Rodeaban por completo la ciudad, o al menos su núcleo más importante, y a me­nudo estaban circundadas por una profunda fosa llena de agua.
   Las más antiguas estaban casi com­pletamente privadas de aberturas, excluyendo, como es lógico, las puertas de entrada. Más adelante se abrieron en las murallas largas y estrechas rendijas, a través de las cuales se intentaba alcanzar af enemigo desde una posición segura. En su parte superior, las murallas solían estar dotadas de pasillos que permitían a los soldados efectuar guardias constantes, y que en caso de ataque ofrecían una posición de ventaja frente al enemigo.
   Los famosos puentes levadizos permitían la entrada y salida de las ciudades a través de las puertas principales.