El tocadiscos

   El tocadiscos o electrófono sucedió al fonógrafo y lo destronó definitivamente. Las cualidades de este aparato, en el que la reproducción de sonido tiene lugar mediante un procedimiento electromecánico, son infinitamente superiores. Consta esencialmente de un dispositivo para hacer girar los discos y de un amplificador de corriente con altavoz. Movido por un motor de varias velocidades, el tocadiscos comprende un plato giratorio -perfectamente plano y horizontal— sobre el cual se pone el disco, y un brazo articulado que lleva una cabeza reproductora provista de una punta de lectura.
   Antaño, esta punta era una aguja de acero. Hoy se emplean agujas de zafiro o de diamante. Las cabezas suelen llevar dos puntas de lectura: una para los discos antiguos y la otra para los microsurcos. Existen también cabezas especiales para la audición en estereofonía. La punta sigue el surco trazado sobre el disco, y todas sus vibraciones, por ligeras que sean, influyen en un oscilador situado en el brazo. Este oscilador "traduce" las vibraciones que recibe en débiles corrientes eléctricas alternas, que son enviadas, después de ser amplificadas, a la bobina del altavoz. Este restituye las palabras o la música. Unos mandos permiten regular el volumen y el timbre.
   El pick-up (o fonocaptor) solo constituye el dispositivo de lectura, pero, por extensión, el término se utiliza mucho para designar a todo el aparato tocadiscos.

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