¿Por qué nos gusta la música, pero no el ruido?

   El oído aprecia la música, los sonidos suaves y armoniosos, las líneas melódicas de las canciones y los acordes de la orquesta. Los ruidos son desagradables porque son violentos, a menudo inesperados, e irritan el oído.
   En la antigüedad, una misma palabra designaba la música y la acústica. Efec­tivamente: resulta difícil establecer un límite entre los sonidos musicales y los ruidos. Un ruido es una mezcla de so­nidos discordantes que llega hasta no­sotros y cuya fuerza provoca una sen­sación desagradable. La impresión agra­dable que produce la música proviene de que los sonidos se utilizan siguien­do reglas definidas por las leyes de la armonía.