Los faros del auto

En su Chronique des Pasquier, Georges Duhamel evocaba un automóvil de 1900 y describía así su alumbrado: "Dos hermosos farolillos con candeleras de muelle y re­flectores estañados daban a entender que una salida nocturna no sería imposible." Desde aquella época, los automóviles han sido equipados con faros más potentes. Un faro está constituido por un reflector, generalmente parabólico, en cuyo foco se halla una lámpara de dos filamentos. Estos filamentos se hallan dispuestos de tal forma que los rayos emitidos por uno de ellos puedan ser reflejados por toda la superficie reflectora, en cuyo caso se produce un haz luminoso intenso que tiene un alcance de más de cien metros. Los rayos que emite el segundo filamento sólo son reflejados por la parte superior del reflector. El haz luminoso se encuentra en este caso dirigido hacia el suelo y no es deslumbrante para los conductores de los vehículos que circulan en sentido in­verso (luces de cruce). La parte anterior del faro está compuesta por un cristal de protección que difunde adecuadamente los rayos luminosos. Este cristal consti­tuye, junto con el proyector, el llamado bloque óptico. En Francia ha sido adop­tado el alumbrado con luces amarillas, menos deslumbrantes que las luces blan­cas.

Los faros antiniebla son unos faros suple­mentarios instalados muy bajos y que pro­yectan sobre la carretera una luz perfecta­mente dispersada. Deben estar ajustados de forma que su cono luminoso incida en la carretera a una distancia máxima de 25 m. Y tienen que ir conectados de tal manera que sólo funcionen con las luces del alumbrado ordinario; el encendido de las luces de cruce debe provocar automá­ticamente su extinción. El último perfeccionamiento es la orien­tación automática de los faros auxiliares. Éstos se mueven en función del giro de la dirección, lo cual permite iluminar las curvas y obtener con ello mayor seguri­dad.
El faro onentable puede ser dirigido en todas direcciones y está montado sobre un perno con una articulación esférica. Emite una luz blanca o débilmente amari­lla y sirve para iluminar el número de las casas, los postes indicadores, etc. Si es amovible, puede ser utilizado como lám­para portátil en caso de avería nocturna. Los faros de retroceso, instalados en la parte trasera del vehículo, a la izquierda en el sentido de la marcha, se encienden al poner la marcha atrás y su cono de luz no debe sobrepasar los 10 m.