El monte Saint-Michel



   En la bahía comprendida entre el Cotentin y la Bretaña, rodeado por las aguas del canal de la Mancha, se eleva el promontorio rocoso del monte Saint-Michel, sobre el cual se edificó un pueblo fortificado y la abadía.
   La roca del Monte Saint-Michel se yergue en medio de una bahía baja y are­nosa. La antigua isla, hoy unida a tierra mediante un dique, se ha convertido en un famoso centro turístico. Antes de ser consagrada a san Miguel en el año 708, se la conocía con el nombre de "Mont Tombe". El duque de Normandía Ricardo I fundó en 966 en la isla una abadía que atrajo a numerosos peregrinos. Sus sólidas fortificaciones le permitieron resistir el asedio inglés durante toda la Guerra de los Cien Años. Actualmente, los turistas acuden al Monte Saint-Michel para visitar la abadía, recorrer las estrechas callejas que la circundan y degustar la famosa "omelette soufflée".