¿Cómo se hacen las previsio­nes meteorológicas?

   Ya en el siglo XIX se había ob­servado que, cuando el barómetro señalaba baja presión, era de espe­rar mal tiempo, mientras que si la manecilla tendía a desplazarse ha­cia cifras altas se podía prever buen tiempo. Conociendo los datos co­rrespondientes a muchas localida­des se puede elaborar un mapa de presiones, que consiste en el traza­do de unas líneas (las isobaras) que unen todas las zonas en las que la presión barométrica es idéntica. Así es como se delimitan las áreas anticiclónicas (de presión elevada) y las ciclónicas (de depresión). Ob­servando atentamente el desplaza­miento de estas áreas se pueden prever las variaciones del tiempo. Hoy en día, el perfeccionamiento de los instrumentos y el estudio cada vez más exhaustivo de los fenóme­nos atmosféricos nos permiten al­canzar una precisión inimaginable hace apenas algunos decenios.