¿Cómo funciona un contador de gas?

   Desde su origen, nuestros contadores de gas han sido del tipo húmedo; es decir, que funcionan por medio del agua, que ocupa una parte de su perímetro. El gas se halla encerrado en unos compar­timientos de determinado volumen que constituyen un conjunto giratorio que da vueltas bajo el flujo del gas cuando éste es utilizado, y entonces mueve un siste­ma de cifras que indican sobre un cua­drante el consumo en litros cúbicos. Los compartimientos se ponen sucesivamente en comunicación con la entrada y con la salida del contador. Las ranuras de entra­da y de salida de cada compartimiento es­tán colocadas de modo que cada vez sólo emerja del agua una de ellas. La abertu­ra y el cierre se realizan, pues, por un dispositivo hidráulico. Éste es muy sen­cillo, pero presenta un inconveniente: periódicamente necesita que se reemplace el agua evaporada, puesto que la exacti­tud del aparato depende de la constancia del nivel del agua.
   Esta servidumbre ha sido suprimida con el contador de tipo seco, que está sustitu­yendo al precedente. En éste, el órgano de medición es una caja dividida en dos capacidades por un fuelle móvil y estanco al gas.
   Mediante un cajón de distribución, una de las cámaras de distribución se pone en comunicación con el gas que entra en el contador, y la otra, con el orificio de sali­da. Bajo el efecto de la presión del gas, el fuelle se desplaza, y una de las cámaras se vacía, mientras que la otra se llena. Finalmente, el movimiento es invertido por el juego del cajón de distribución.