¿Quién descubrió el funciona­miento de las glándulas diges­tivas?

   En un congreso médico celebrado el año 1903, el fisiólogo ruso Ivan Petrovich Pavlov explicó su teoría del reflejo condicionado gracias al concurso de un perro al que había practicado una fístula gástrica. Este perro había sido sometido a un pro­ceso de aprendizaje mediante el que, cuando iba a recibir alimento, se le añadía simultáneamente otro estí­mulo no específicamente digestivo, sino auditivo, como el sonido de una campanilla. Pavlov demostró que este estímulo no específico podía producir un reflejo por sí solo, des­pués de haber actuado durante cierto número de veces, al mismo tiempo que un estímulo específico para la secreción de jugos gástricos, como es el alimento. Así, cuando se hacía sonar la campanilla, aunque no hu­biera alimento, el perro segregaba jugos gástricos por la fístula. Pavlov había llegado a su teoría del reflejo condicionado gracias a sus profun­dos estudios sobre la fisiología di­gestiva; en 1888 había descubierto los nervios secretores del páncreas, hasta lograr, gracias a sus investiga­ciones, poder formular toda una completa teoría sobre el proceso di­gestivo. Fue su método de investi­gación lo que le condujo al descu­brimiento del reflejo condicionado, con el que se venía a demostrar que, aparte de los reflejos innatos o congénitos, comunes a todos los indi­viduos de una misma especie, exis­ten otros, los condicionados, que afectan tanto a las funciones vege­tativas del organismo como a mu­chas dinámicas de la conducta, que son individuales y adquiridos en el curso de la vida animal. El año 1904, Ivan P. Pavlov obtuvo el Premio Nobel de Medicina en reconocimiento a su valiosa aporta­ción a la ciencia.