Mester de clerecía, de juglaría

   El Mester de clerecía, de juglaría es un tipo de poesía cultivado por clérigos y juglares durante la Edad Media en España, Francia, In­glaterra y otros países. Los clérigos, que po­seían mayor cultura, escribían generalmente sobre temas religiosos o morales; los juglares solían recitar composiciones propias o ajenas con tema popular y heroico (v. juglar y jugla­ría). En más de un caso se confunden ambos grupos: Gonzalo de Berceo, que por el tema de sus poesías pertenece al mester de clerecía, pide al final de sus versos un "vaso de buen vino", como lo hacían los juglares. Por otra parte, es evidente que entre ambos grupos exis­tía cierta rivalidad. El autor anónimo del Li­bro de Alexandre, que se ha supuesto sea Juan Lorenzo de Astorga, o el mismo Berceo, aunque esto último está lejos de comprobarse, señala al comienzo de su obra que no es el suyo un arte imperfecto y vulgar de juglares, sino mester de clerecía.
   Entre las obras más importantes del mester de juglaría en Francia se cuenta la Canción de Roldan. En España debe citarse el Cantar o Poema de Mío Cid. Tanto el oficio como las obras que produjo predominaron de los siglos X al XV, y su época de más intenso floreci­miento fue el siglo XIII. Se caracterizan las obras juglarescas por su irregularidad métrica, por su polimetría y asonancia, así como por sus largos versos de arte mayor, generalmente ale­jandrinos, divididos en hemistiquios.
   En cambio, en el mester de clerecía la forma métrica preferida era la cuaderna vía, cuarte­tas monorrimas y aconsonantadas. Si bien sus composiciones, como queda dicho, eran obra de clérigos, es de observar que durante la Edad Media se consideraba clérigo al hombre culto, aunque no fuera hombre de iglesia. Los temas solían ser eruditos, como en el caso del Libro de Alexandre; novelescos, como en el Libro de Apolonio, o religiosos, como en el caso de Ber­ceo y otros. Conviene señalar, sin embargo, el tono festivo y la materia picaresca de un autor del siglo XIV perteneciente al mester de clere­cía: el Arcipreste de Hita, quien con su obra maestra, el Libro de Buen Amor, señala la de­cadencia del mester como "escuela" poética y abre nuevas perspectivas.