Las perforaciones submarinas


   Son muy comunes las perforaciones de pozos submarinos, puesto que muchos yaci­mientos de petróleo se encuentran en te­rrenos situados debajo del mar. Los yacimientos más importantes que se conocen están en las cercanías de las costas y a veces se prolongan más allá de la ori­lla. Al principio, estas prolongaciones de yacimientos conocidos se explotaban desde tierra firme por medio de pozos inclinados. Después se construyeron sobre pilotes unas plataformas que permitían la edifica­ción de los derricks. Este método es el que se utiliza en el lago de Maracaibo (Vene­zuela), en el mar Caspio (en Bakú) y en el Borneo británico. Con el mismo sistema se han perforado numerosos pozos en el golfo de México, frente a las costas de Texas y de Luisiana, así como en el golfo Pérsico.

   En estos casos, se aprovecha la circuns­tancia de que la plataforma continental suele extenderse en suave pendiente hasta cierta distancia del litoral. Las plataformas para extracción se edifican en los sitios donde la profundidad no es mayor de unos treinta metros. Cerca de la plataforma que sostiene el derrick y el material de perforación, se ancla una gabarra, que sirve a la vez de almacén, de taller y de vivienda.
Pero hoy, tanto en las costas americanas como en el mar del Norte, o incluso a la altura de las Landas, se utilizan platafor­mas flotantes.

   Imaginemos un enorme taburete de tres pies flotante en el mar con los pies vueltos hacia el cielo. Tendremos así la imagen esquemática del aspecto de una plataforma de perforación flotante, mientras se des­plaza.

   Cuando se llega al lugar de la perforación, potentes máquinas hacen descender len­tamente los pies hacia el fondo del mar. Cuando éstos se han apoyado en ese fondo, es el asiento del taburete el que se eleva unos cuantos metros por encima del agua. De esta manera se realiza —a veces en pocas horas- un pontón de perforación provisional. Una vez terminada la perfo­ración, basta con levantar los pies para que el pontón sea puesto a flote para lle­varlo a otra parte.

   Sin embargo, para alcanzar mayores pro­fundidades, los norteamericanos han tra­bajado durante mucho tiempo en el per­feccionamiento de un sistema que permite instalar en alta mar el material de perfo­ración de los pozos, fijarlo en el sitio y.hacerlo funcionar, todo por mando a dis­tancia.

   La perforación se realiza entonces desde una especie de gabarra gigante, equipada con potentes impulsores gobernados por medio de giróscopos y situados en la popa y en la proa. Estos giróscopos hacen evolu­cionar automáticamente la embarcación sobre sí misma a fin de mantenerla, cons­tantemente y en todo tiempo, en la posi­ción favorable.