El palacio de Schönbrunn



   Equivalente histórico del palacio de Versalles, el de Schónbrunn, en Viena, fue la suntuosa residencia de los emperadores austríacos y el pun­to de reunión de la corte.
   En el siglo XIX, Schönbrunn estaba to­davía aislado en pleno campo, pero el progresivo crecimiento de Viena acabó por absorberlo. El castillo recuerda, en menores dimensiones, el de Versalles, con su parque, sus estatuas y sus lagos y fuentes. Los jardines de estilo francés de Schönbrunn estaban abiertos al público, incluso cuando los emperado­res, en los meses de verano, residían en el castillo, acompañados de los altos dignatarios de la corte y de un verdade­ro ejército de sirvientes. Napoleón I estableció en el castillo su cuartel gene­ral en dos ocasiones, en 1805 y en 1809; y su hijo, el duque de Reichstadt, de sobrenombre "el Aguilucho", murió en Schónbrunn en 1832. El emperador austríaco Francisco José I nació en el castillo en 1830.