La televisión en color

   Al principio, las pantallas de televisión sólo podían ofrecer imágenes en blanco y ne­gro. Por medio de dispositivos nuevos, también se han llegado a transmitir imá­genes en colores. Para ello se ha recurrido al principio del análisis y de la síntesis tricromática de los colores, que es el mis­mo utilizado en fotografía y en cinema­tografía. Tres colores fundamentales —el azul, el verde y el rojo— pueden recons­tituir, adecuadamente dosificados y mez­clados, los diversos colores de una imagen cualquiera, incluso en sus matices. Su­pongamos que se utilizan (como se hizo en un principio) tres cámaras en las que se han dispuesto, respectivamente, unos filtros de color azul, verde y rojo. De este modo se transmitirán simultáneamente, en tres ondas portadoras distintas, las tensiones eléctricas recogidas a la salida de las cámaras. En la recepción, tres os­cilógrafos darán tres imágenes que, pro­yectadas sobre una misma pantalla a tra­vés de tres filtros (azul, verde, rojo), formarán una sola imagen que reproducirá los colores del original. Sin embargo, esta solución es complicada y presenta numerosos problemas técni­cos. Éstos han sido eliminados gracias a otros sistemas más ingeniosos, como el sistema alemán PAL o el sistema francés SECAM, que permite, según el tipo de receptor de que se disponga, captar el mismo programa en color o en blanco y negro.