¿Qué es el Talmud?

   El Antiguo Testamento y el Talmud constituyen los dos libros que representan la guía espiritual del pueblo hebreo. El primero representa la ley escrita, en tanto que el Talmud es el resultado de la recopilación de la ley oral o la doctrina tradicional, especialmente la jurídica, que cristalizó en una obra escrita gracias a la labor perseverante de sus reco­piladores, intérpretes y comentaristas que constituían los doctores talmúdicos, algunos de los cuales fueron llamados amaras, amoraim o amoraítas.

   Existen realmente dos versiones del Talmud, la de Jerusalén y la de Babilonia. Cuando se habla del Talmud, se alude generalmente al de Babilonia, que ha sido de los dos el que ha tenido mayor difusión e importancia. Las persecuciones sufridas por los judíos de Jerusalén hicieron que la versión de Pa­lestina sea precipitada e incompleta; con frecuencia, muchos de sus pasajes son inintelegibles y solamente pueden ser interpretados a la luz de la versión babi­lónica. El comienzo de ésta, se atribuye en gran par­te al rabí Yehudah-ha-Nasi o Yehudah el Santo, que contó con el auxilio de Mar Samuel; sus continua­dores fueron Rabí Ashi y Rabina, que fue el último de los amoraítas o comentadores, a los que siguieron otros doctores talmúdicos. El de Jerusalén parece que fue iniciado por el rabí Yohanan, quien a lo que parece, fundó la célebre Academia del Tiberíades. Fue tal vez continuado por el rabí José y su hijo Samuel.

   El Talmud consta de una parte básica o funda­mental, que constituye la médula de estas escrituras israelitas tradicionales: el Misnah, Mishnab o Minh-ná, en el que se reúnen 63 tratados agrupados en seis órdenes o Sedarim; allí, se trata de las normas de los trabajos del campo, de las cosechas y de las siembras en su aspecto jurídico más que agrícola, de las fiestas, solemnidades y ceremonias religiosas, del matrimonio o relaciones legales entre los cónyu­ges, del castigo y penalidades de los criminales, y de las relaciones jurídicas entre los individuos del pueblo de Israel; de los sacrificios y normas que las leyes sagradas establecen respecto a los manja­res y de la pureza e impureza de las cosas.

   Otra parte complementaria es el Quemará o Gemura, en el que se reúnen los comentarios y discu­siones del Mishnab, hecho por los intérpretes.

   El Talmud es un cómputo desordenado de las más diversas cuestiones. A los preceptos y normas fundamentales del pueblo hebreo, se agregan apólogos, cuentos, fábulas, relatos diversos, a veces, disparatados y fantásticos. Muchos de sus cuentos proceden de Oriente y responden al espíritu y modo de ser del pueblo israelita.