Ascensiones peligrosas


   Los alpinistas, cuando llevan a cabo as­censiones jamás realizadas anteriormente, se convierten en exploradores de las mon­tañas. Saben, por propia experiencia, que las cumbres más elevadas no son necesa­riamente las más difíciles de alcanzar. Desde luego, algunos gigantes del macizo del Himalaya, en Asia, que superan los 8 000 metros de altura, han tenido en jaque durante mucho tiempo a los escaladores: el Annapurna no fue coronado hasta 1950; el Everest, hasta 1953, y el Makalu, has­ta 1955. Sin embargo, cimas mucho me­nos elevadas son asimismo temidas; por ejemplo, la vertiente norte del Cervino, en los Alpes suizos, o la oeste de los Drus, en los franceses.