El mármol en el arte

EL MÁRMOL Y SU USO EN LA ARQUITECTURA


Desde los tiempos más anti­guos los hombres usaron el már­mol por su dureza y su hermosu­ra. Principalmente lo utilizaron los egipcios y los griegos, que colmaron sus ciudades con her­mosas creaciones de sus artis­tas, ejemplo que imitaron más tarde otros distintos pueblos.
Árabes y bizantinos lo emplea­ron mucho en sus construcciones, especialmente los mármoles po­licromos, es decir, de colores.
El empleo del mármol fue no­table en la época del Renacimien­to; en tanto que el barroco lo utilizó también en el interior de los edificios.
En la época moderna el em­pleo del mármol macizo fue sus­tituido por la aplicación exter­na, es decir, por el revestimien­to de láminas finas aplicadas sobre material menos valioso.


EL MÁRMOL Y SU USO EN LA ESCULTURA

En todas las épocas y en todas las civiliza­ciones el mármol ha sido el material prefe­rido para la escultura, por su belleza y su du­ración. Las estatuas de la antigüedad clási­ca en la antigua Grecia eran esculpidas en mármol pario, llamado así porque se extraía en la isla de Paros, Grecia. También era muy usado el mármol pentélico, que debe su nom­bre al monte Pentélico, del Ática, cerca de Atenas, de donde provenía. Las estatuas de los eximios artistas del Renacimiento y de los ilustres escultores de los siglos siguientes fueron esculpidas, en su mayoría, en mármol blanco de Carrara.


LA COMPOSICIÓN DEL MÁRMOL

El mármol es un mineral constituido, en primer lugar, por carbonato de calcio, forma­do como consecuencia de profundas transfor­maciones de las rocas antiguas.
El porcentaje de carbonato de calcio con­tenido varía de un mármol a otro. El mármol blanco de Carrara tiene un máximo de 99%.
Además de carbonato de calcio, se hallan en el mármol otras sustancias que, con el cam­bio de la cantidad en que se encuentran pre­sentes, determinan una gran variedad de már­moles coloreados. Son: sílice, alúmina, hierro, magnesia, sustancias carbonosas, compuestos de manganeso, etcétera.
Son dignos de mención los mármoles esta­tuarios de Paros y Nexos, en Grecia. En Italia se encuentra uno de los mayores yacimientos marmoleños del mundo: el de los Montes Ápuanos, del cual se extraen diversas varie­dades de mármoles. El más famoso es el blan­co de Carrara.
Hay mármoles ornamentales en España, Francia y Alemania.