¿Quiénes utilizaban el cacao como moneda?


   Hernán Cortés fue el primer europeo quien vio consumir cacao a los indígenas de Mesoamérica y lo llevó a al Viejo Continente. El cacao se obtiene de las semillas tostadas de un fruto de gran tama­ño que madura directamente en el tronco o las ramas de una planta de las regiones cálidas. Los nativos lo utilizaban para preparar bebidas, mezclándolo con miel o azúcar de caña, o bien para elaborar tartas, como condimento del maíz. Pero también lo usaban en tanto que mo­neda en los intercambios. El árbol del cacao posee grandes hojas ovaladas. Mide de cuatro a ocho metros y produce unas flores rojas que brotan directamente en el tronco o las ramas más antiguas. De las flores nace el fruto, que es una cápsula de hasta 25 centímetros de longitud, integrada por una pul­pa amarillenta en el interior de la cual se encuentran las semillas, cuyo tamaño es algo superior al de nuestras nueces. Para llegar has­ta la almendra feculenta de las se­millas hay que partir la envoltura leñosa que las protege. Cada fruto puede contener una treintena de semillas, a las que se conoce con el nombre de «habas de cacao». Aisladas de la pulpa, las semillas se hacen fermentar antes de proceder al tueste, cuya finali­dad es la de acentuar su sabor aro­mático y facilitar su pulverización. Tras la torrefacción, unas máquinas especiales liberan al cacao de las cascaras leñosas y lo pulvesizan, aislando al mismo tiempo el aceite de cacao destinado a otros usos.