EL oído (anatomía)

¿CÓMO PUEDE UNA PERSONA EXPULSAR HUMO DE SUS OÍDOS?


   HEMOS oído hablar de fumadores que sa­ben hacer salir el humo de su cigarri­llo por los oídos. Existen algunos y po­demos asegurar que, para ese objeto, no ne­cesitan recurrir a truco alguno. Se trata de personas que, ya sea desde el nacimiento, o como consecuencia de una enfermedad u ope­ración, tienen su tímpano perforado. Si al­guien tiene un pequeño orificio en esta mem­brana, cosa que no ocasiona mayor perjuicio al oído, y la boca llena de humo, es posible que pueda ofrecernos el curioso espectáculo de una tenue nube gris, saliendo por sus orejas. Al­gunas veces, el estudio de la anatomía puede revelar el secreto de un juego de salón.
   El aparato auditivo constituye un maravi­lloso mecanismo destinado a transformar en estímulos o comunicaciones nerviosas las sen­saciones sonoras originadas en el ambiente donde vivimos. El conjunto de órganos que lo integran realizan armónicamente la función de hacer llegar a nuestra mente las impresiones sonoras; los diminutos y complejos dispositi­vos anatómicos conjugan su actividad para lograr esa finalidad.