¿Cómo se pintan el cuerpo los indígenas del Brasil?

   La prehistoria sigue subsistiendo hoy en día en las inmensas selvas de la cuenca del río Amazonas. Em­pujadas cada vez más hacia el inte­rior, a causa del avance de la llama­da civilización, algunas tribus de aborígenes luchan diariamente por sobrevivir siguiendo las tradiciones de su existencia primitiva. En caso de guerra, y también con ocasión de determinadas ceremo­nias, estos indígenas se pintan el cuerpo con jugos obtenidos de plan­tas aromáticas. Utilizan sobre todo el rojo intenso del unucu y del onoto, así como el negro azulado del genipa, el enebro americano. Entre algunas tribus, todo el cuerpo es recubierto de un tatuaje fantás­tico y de carácter mágico, mientras que otros sólo se pintan el rostro. Uno de los tatuajes más especiales es el que muestran los jóvenes al término del período de iniciación, y representa su reconocimiento ofi­cial por parte de la tribu. El de los camayura, por ejemplo, se llama omaruro y consiste en dos círculos negro azulados bajo los ojos. Los jívaros, que creen ciegamente en el poder mágico de los tatuajes, para simplificar su aplicación han inventado una especie de máquina de imprimir: un rodillo en el que se halla grabado el dibujo.