Mark Twain

   Mark Twain (1835-1910). Cuando Samuel Langhorne Clemens era niño, vivía en la pequeña pobla­ción ribereña de Hannibal (EE. UU.). Esto sucedía en los románticos días en que los barcos de vapor cruzaban el río Misisipí y los niños de la población crecían entre el ruido de la activa vida de la ribera en sus oídos.
   El gran humorista norteamericano nació en la pequeña pobla­ción de Florida, de donde sus padres se trasladaron al activo puerto fluvial de Han­nibal. Allí, creció, ad­quirió los rudimentos de su educación, apren­dió el oficio de impre­sor, y más tarde, se hizo piloto de río. Vio tantas cosas interesan­tes y tantas gentes en sus viajes, que cuando empezó a escribir, su pluma se hizo famosa, pero por su seudónimo, pues su verdadero nombre fue durante mucho tiempo desconocido para sus ad­miradores. Mark Twain significa señala dos brazas, y es expresión usual entre los pilotos del Misisipí al efectuar sondeos.
   Cuando la Guerra Civil interrumpió el tráfico de barcos de vapor en el Misisipí, Samuel Clemens acompañó a su hermano, que fue designado secreta­rio del Territorio de Nevada. Se ganó la vida en los campos mineros de Nevada y California, como reportero y editor. La primera de sus novelas que llamó la aten­ción en el Este fue La celebra­da rana saltadora del Condado de Calaveras. En 1866, fue a las islas Sandwich, y poco des­pués, empezó su larga y afor­tunada carrera como conferen­ciante original y divertido. Co­mo resultado de su viaje por el Mediterráneo, Egipto y Pales­tina, escribió Inocentes en el extranjero (1869), libro que le dio reputación universal.
   El humorismo de Mark Twain se caracteriza esencialmente por su bondad e independencia de criterio. Frecuentemente, exa­gera hasta lo burlesco, pero nunca desciende a un terreno bajo o vulgar; no hay perversidad en sus chistes, porque és­tos son siempre sobre alguna vergüenza o hipocre­sía, y generalmente, encierran su moraleja.
   Como conferenciante, narrador y escritor humo­rista, no tuvo rival, mas no quedó satisfecho con esto. Obtuvo nuevos triunfos con su hermoso idilio El príncipe y el mendigo, con su sátira sobre los ro­mances caballerescos Un yanqui de Connecticut en la corte del rey Arturo y con su novela histórica so­bre Juana de Arco. Del corazón de su propia niñez, sacó los clásicos de la juventud Tom Sawyer y Huc­kleberry Finn.
   Durante muchos años, Mark Twain estuvo establecido en Hart­ford. En 1895, el fracaso de una empresa de publicaciones en Nueva York, en la que había inver­tido toda su fortuna, lo arruinó; contrajo entonces grandes deudas, que pagó con la jira de conferen­cias que hizo en 1895-1896.
   Las obras principales de Twain son: La celebrada rana sal­tadora del Condado de Calaveras (1867), Inocentes en el extranjeroLas aventuras de Tom SawyerEl príncipe y el mendigoLa vida en el MisisipíAven­turas de Huckleberry FinnUn yanqui de Connecti­cut en la corte del rey ArturoDiario de AdánRe­cuerdos personales de Juana de ArcoSiguiendo el EcuadorVisita del capitán Stormfield al cielo (1909).
   Sus obras póstumas son: El desconocido misterio­so¿Qué es el hombre?Autobiografía y Cuaderno de notas de Mark Twain.