¿Por qué decimos "en boca cerrada no entran moscas"?

No en pocas ocasiones, somos en exceso habladores y charlatanes. No sabemos guardar un secreto. Si una nube de moscas amenazase con introducirse en nuestra boca, sin duda optaríamos por mantenerla cerrada.
Se alude, con el refrán, a la convenien­cia de ser prudentes en el hablar. Es innegable que manteniendo la boca ce­rrada nos evitaríamos indiscreciones de las que luego nos arrepentimos. Así y todo, tampoco puede extremarse en ex­ceso una postura que nos convertiría prácticamente en mudos. La prudencia y la mesura en el hablar, como en to­do, son buenas consejeras.