El poderoso Thor (mitología)


   Hace siglos que, según los mitos escandi­navos, vivía un poderoso dios joven llamado Thor. A él, se debían el viento suave y las lluvias de la tibia primavera que libraban a la Tierra de la es­clavitud del hielo y de las nieves invernales.
   Thor era un dios bueno y despreocupado, siempre pres­to para la aventura, que nunca se cansaba de pro­bar su gran fuerza. Podía cargar en sus espaldas gigantescas encinas y matar toros sirviéndose de sus manos.
   Algunas veces, para divertirse, cabalgaba por las montañas envueltas en nubes, y descargando su mar­tillo sobre ellas, las dividía en dos.
   Thor visitó en una ocasión Jotunheim, país de los gi­gantes congelados. El rey de los gigantes lo miró con mofa y le dijo:
   "¿Es este adolescente el poderoso dios Thor? Po­siblemente seas más poderoso de lo que pareces, ¿En qué ejercicios te consideras hábil?"
   "Probaré mis proezas bebiendo con cualquiera", dijo Thor echando fuego por los ojos.
   Oyendo esto, el rey, ordenó a su copero que trajera un enor­me cuerno lleno de vino y dijo:
   "Cualquier buen bebedor pue­de secar este cuerno de un solo trago".
   Thor se llevó el cuerno a los labios y bebió largamente, mas cuando lo quitó, el líquido ape­nas había disminuido. Tres ve­ces trató de vaciar el cuerno y fracasó, y por fin, lo arrojó co­lérico. Después, trató de levan­tar del suelo al gato del rey, pero sólo pudo levantarle una de las manos. Los gigantes se mofaban y gritaban diciendo: "¿Es éste el poderoso dios a quien se nos ha enseñado a te­mer".
   Entonces, Thor ofreció lu­char con cualquiera que se le pusiera enfrente, y una vieja desdentada aceptó el reto. Con fiero ímpetu, Thor trató de arrojar a la vieja al suelo, pero a pesar de todos sus esfuerzos, no lo pudo conseguir. Avergonzado, salió del lugar. Cuando ya estaba fuera de las puertas de la ciudad, el rey de los gigantes se dirigió a él y le dijo:
   "Poderoso Thor, cuando trataste de vaciar el cuer­no, desempeñaste tan maravillosa hazaña, que si yo no la hubiera visto, no la habría creído. El mismo mar estaba en el fondo del cuerno, y cuando llegues a la orilla, verás cómo han bajado las aguas. El te­rror se apoderó de mí cuando levantaste del suelo la pata del gato, porque ese gato es la serpiente Midgard que rodea a la Tierra, y el mundo todo se estremeció al aflojarse su garra. Maravilloso fue que hubieras resistido tanto tiempo a esa vieja, por­que fue la Vejez con
quien luchaste y no hay hombre que pue­da vencerla. La magia y no la vanagloria de los gigantes congela­dos te ha vencido".
   En su cólera, Thor levantó su martillo, y estaba para descar­garlo, cuando el gi­gante desapareció.
   Esta no es sino una de las muchas histo­rias que se cuentan de Thor. En honor suyo, se ha consagra­do el quinto día de la semana entre los pue­blos de habla inglesa, entre los cuales, el jueves es llamado Thor's day o Thursday.