¿Por qué existe la costumbre de juntar las manos al rezar?


 El juntar las manos durante la plegaria no tiene un origen religioso. Ni se menciona en la Biblia ni fue parte de la tradición cristiana hasta el siglo IX. Hasta ese mo­mento, tanto en el culto hebreo como en el cristiano, la postura más común del que oraba era extendiendo brazos y manos hacia el cielo. El juntar las manos se remonta al primitivo deseo de los hombres de sojuzgarse unos a otros y deriva de la costumbre de poner grilletes a los prisioneros.
Aunque, más tarde, los grilletes desaparecieron, el juntar las manos quedó como un símbolo de servidumbre y sumisión y como evidencia de que no se podía (o no se quería) empuñar un arma. La cristiandad adoptó el gesto que representa las manos encade­nadas como un signo de la total obediencia del hombre al poder divino.