Hermes en la mitología griega


En la antigua mitología griega, Hermes era el hijo de Zeus y Maia. Hubo varios personajes en Egipto y en otros lugares que se correspondían con el dios griego. Incluso las historias en Grecia sobre Hermes variaban. Fue un bebé precoz. Con sólo cuatro horas de nacido escapó de su cuna. Se le ocurrió retorcer las entrañas de una oveja en tiras estrechas que extendió a lo largo de un caparazón de tortuga como caja de resonancia, inventando así la lira. Cuando terminó de construir el instrumento musical lo ocultó en su cuna. Al caer la noche, tuvo hambre, empezó a buscar comida; pero antes de marchar sujetó a las plantas de sus pies ramas de mirto y tamariscos para ocultar sus huellas. En esta aventura Hermes robó cincuenta bueyes que pertenecían a Apolo ocultándolas en una cueva. Asó dos de los animales, comiendo una parte, y sacrificando el resto a los dioses. Cuando Apolo notó la ausencia de su ganado lo buscó pero no pudo encontrarlo. Un anciano le dijo que había visto a un bebé conduciendo un rebaño de bueyes de una manera peculiar. Enterado de que Hermes era el culpable, Apolo siguió su rastro hasta el Monte Olimpo hallándolo  junto a la presencia de Zeus. Zeus encontró bastante divertido lo que su pequeño hijo había hecho, pero le ordenó resarcir a Apolo. Hermes le entregó a Apolo la lira que había inventado. Apolo encantado con el instrumento musical le dio a Hermes un látigo y la varita de un mensajero. Esta última era una vara de madera de olivo, rodeada por dos serpientes enroscadas y un par de alas en un extremo.

El dios Hermes corresponde al Mercurio de los romanos. Era el heraldo, mensajero y embajador de los dioses. Encadenó a Prometeo al monte Cáucaso, mató a Argos, y liberó a la errante Iole. Hizo el arreglo para que se reunieran las tres diosas (Hera, Atenea y Afrodita), a una de las cuales Paris entregaría la manzana con la inscripción: "A la más bella". Guiaba las almas al inframundo, causaba los sueños y despertaba a los dormidos. Hermes tenía gracia, belleza y buenos modales. Fue práctico y astuto. Por lo que no le costaba ningún esfuerzo decir verdad o falsedad alguna, y no olvidaba nada de lo que había dicho.

Hermes era adorado como el dios de la música, los sueños, el robo, la ciencia, el comercio, la invención, y como el patrón de los viajeros y los pícaros. Protegía a los pastores, tortugas, cerdos, corderos, cabras, ibis y gaviotas. La palmera, el espino negro y la verdolaga eran sagrados para él. En el apogeo del arte griego era representado como un joven atlético, sin barba, con un semblante alegre, astuto y despreocupado. Tenía poco o ningún ropaje. Un manto colgaba sobre su hombro, llevaba unas sandalias con alas simbolizando su rapidez como mensajero. También era representado con una bolsa de dinero en la mano, una tortuga, una palmera y una cabra. Las estatuas de este dios estaban provistas de lámparas. Al caer la noche todo suplicante que deseaba el favor de Hermes, llenaba y encendía una lámpara, aparte de dejar una pequeña moneda para el mantenimiento del sacerdocio.