¿Cómo se realiza un trasplante de cabello?


Más de 90% de los hombres llega a padecer cierto grado de calvicie, y también algunas mujeres descubren que el pelo se les adelgaza y cae, sobretodo después de la menopausia. El problema es genético: los hijos de personas calvas tienen altas probabilidades de quedarse también sin pelo.

Los científicos aún desconocen cuál es exactamente el factor genético que provoca el adelgazamiento del pelo y la calvicie, pero se sabe que tiene que ver con la hormona sexual masculina llamada andrógeno. Ésta suprime la actividad de ciertos folículos del cuero cabelludo, y por eso reduce el lapso de vida del pelo que brota de ellos. Si se deja crecer sin cortar un cabello, durará de dos a seis años. Pero en el caso de la calvicie, el pelo de ciertas zonas de la cabeza se cae con más frecuencia; se vuelve cada vez más delgado y corto hasta que se reduce a pelusa.

Hoy los cirujanos plásticos remedian la calvicie mediante el transplante de cuero cabelludo, si bien éste sólo es factible en personas cuya clavicie es estable (que no empeora con el tiempo y sólo afecta la frente y la coronilla). El pelo debe ser oscuro para disimular las marcas de la cirugía, además de sano y un poco grueso. En los transplantes de pelo no hay donadores: sencillamente se distribuye de otro modo el cabello que la persona ya tiene.

Primero se rapa al paciente, y después -bajo anestesia local- se le extraen redondeles de piel de la nuca o las sienes (en los peores casos más de 250); dichos segmentos de cuero cabelludo miden unos 4 mm de diámetro y contienen de 12 a 18 raíces capilares. Cada redondel se extrae con una especie de sacabocados procurando que los huecos queden separados para poder cubrirlos posteriormente con el pelo circundante. Luego los trozos de piel se injertan en las zonas calvas con el mismo aparato.

La duración del tratamiento depende de la cantidad de pelo transplantado. Por lo general se requieren varias sesiones de 60 a 90 minutos en las que se efectúan hasta 20 injertos cada vez. Las cicatrices del trasplante tardan unas dos semanas en sanar, y el pelo que va creciendo las oculta pronto.

Después de la operación los injertos pierden el pelo, que no empieza a crecer de nuevo sino al cabo de tres a seis meses. Tal vez transcurra un año antes de que las zonas calvas queden cubiertas de cabello otra vez. Y como es posible que el andrógeno afecte también los folículos injertados, no se puede asegurar que el transplante sea el remedio definitivo en todos los casos.


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